
Esta colorida imagen muestra una nebulosa, una nube de gas y polvo en el espacio, capturada por el telescopio espacial Spitzer de la NASA. Durante miles de millones de años, se han formado innumerables estrellas en el material allí. Durante su vida, la radiación que liberan corta el gas y el polvo, remodelando la nube. También ocurren cambios importantes cuando las estrellas masivas mueren y explotan, convirtiéndose en supernovas. Cuando se ve con luz visible, la clase de ojos humanos que pueden detectar, esta región está casi completamente oscurecida por nubes de polvo. Pero la luz infrarroja (longitudes de onda más largas de lo que nuestros ojos pueden percibir) puede penetrar las nubes, revelando regiones ocultas como esta.
Se utilizan cuatro colores (azul, cian, verde y rojo) para representar diferentes longitudes de onda de luz infrarroja; el amarillo y el blanco son combinaciones de esas longitudes de onda. El azul y el cian representan longitudes de onda emitidas principalmente por estrellas; el polvo y las moléculas orgánicas llamadas hidrocarburos aparecen de color verde; y el polvo caliente que ha sido calentado por estrellas o supernovas aparece rojo.