
El 'physarum polycephalum', un moho mucilaginoso, escapa a las categorías clásicas de la biología. No es un animal. No es un vegetal. Tampoco es un hongo. No tiene ni boca ni estómago pero digiere. Aprende sin tener cerebro. No es ni macho ni hembra, sino que cuenta con al menos 720 sexos diferentes. Es prácticamente inmortal.
No es un extraterrestre. Vive con nosotros desde hace 500 millones de años y posiblemente se lo hayan cruzado en el bosque o incluso en algún sótano húmedo. Es el 'blob', una auténtica rareza biológica que se expone en el zoo de París, el primero del mundo en incluir a este mixomiceto entre sus residentes.
La International Space Station acoge a este inquilino atípico, el cual entró en órbita hace un mes para ser analizado como parte de un experimento educativo encabezado por el astronauta francés Thomas Pesquet.
De forma paralela, desde la Tierra y guiados por el Centro Nacional de Estudios Espaciales CNES, cientos de estudiantes de entre 8 y 17 años reproducirán el experimento a partir del próximo otoño boreal con este curioso ser vivo, que no se puede clasificar ni como un animal, ni una planta, ni un hongo.